Las primeras manifestaciones artísticas africanas son paleolíticas, como la caverna de Blombos que se ubica en la República Sudafricana, con unos 70 000 años, donde hay bolas de ocre mineral decoradas con incisiones paralelas, reticuladas y con motivos geométricos (algunas proceden de inhumaciones rituales). Hace tiempo que se sabe que el ocre pudo servir para pintar adornos corporales, sin embargo, es la primera vez que esta especie de lápices de pigmento conservan algún tipo de decoración intencionada.
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